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11/12/13

Comunicación de la ciencia o comunicación científica: Qué es, qué no es y porqué.

Hay mucha literatura sobre la importancia de comunicar la ciencia (ver por ejemplo este artículo, o éstos, o éstos) De todos modos, vale la pena reflexionar sobre qué significa o qué abarca esta tarea.
Para ello un buen comienzo es considerar qué es la ciencia, un concepto que varía de persona a persona, incluso entre los propios científicos.

La ciencia en sí misma puede verse como una actividad humana: una parte de la civilización, la evolución y la cultura humanas. Puede verse como "lo que hacen los científicos" o "el conjunto de conocimientos generados por el mundo científico", y de otras muchas maneras. Varía la forma para definir la ciencia o idearla, mientras que por ejemplo, una sola palabra podría decirnos cómo se está viendo la ciencia en el conjunto de la sociedad.

Aquí dejo mi propia definición, la más simple que he encontrado frente la circunstancia de tener que describir qué es lo que quiero comunicar o enseñar: "una forma de conocer el mundo, lo más objetiva y rigurosa posible".

Sea como sea que veamos a la ciencia, ella está en todas partes. Ya no le podemos escapar. Si tomamos medicamentos, si vemos televisión o compramos productos envasados, estamos consumiéndola, somos usuarios y beneficiarios, y también somos víctimas. Esto a nivel individual. ¿Y a nivel colectivo? Grandes leyes regulan de la actividad científico-tecnológica, grandes emprendimientos industriales, agronómicos y farmacéuticos nos afectan como país, como sociedad y eventualmente, también como individuos. No podemos ser ajenos a ella.

Entonces ¿porqué comunicarla?
Por esto mismo. Está en todas partes y es importante, porque condiciona nuestras vidas. Porque hoy ciencia, tecnología e innovación, son palabras que aparecen hasta en la sopa y tenemos que saber de qué se tratan. Aun más allá del derecho y el deber de saber y entender sobre ciencia, estamos frente a una forma de conocer el mundo que justamente, nos brinda eso, el conocer lo que nos rodea de una forma increíble, más mágica que la magia, porque es casi verdadera y fascina como si fuera algo irreal.

Ciencia es descubrimiento, compresión, conocimiento y comunicación, pues cuanto más sabemos, más y mejor nos podemos comunicar.

¿Qué es y qué no es comunicación científica?
Como cualquier acto comunicativo, comunicar ciencia depende del tipo de público, o al menos así debería ser. Por lo tanto, qué es y qué no varía en cierta medida por el público objetivo. Igual, existe parámetros generales.

Comunicar ciencia no es simplemente informar sobre un hecho científico. No es colocar datos en una nota, contar un hecho y nada más. Es o debería ser comunicar conocimiento basado en evidencias, informando sobre la novedad, logrando que sea entendible y que se pueda relacionar con el conjunto de conocimientos anteriores. Quizás para ello sea necesario una introducción donde se repasen conceptos previos, o aclarar términos necesarios, enlazar a otras publicaciones o autores, añadir anécdotas, recordatorios.

Se trata de que los distintos tipos de público reaccionen; aprendan, se maravillen, se informen y para mí, ante todo que reflexionen.

Comunicar implica una ida y vuelta, una reacción del receptor ante el comunicado. Sin embargo, vivimos la paradoja de que todo comunica y a la vez muchas cosas comunican muy poco.
¿Cuántas cosas se dicen, se escriben, se exhiben, que provocan nada? ¿Cuántas cosas comunican lo mismo y de la misma manera, logrando nada o peor, logrando descreimiento, desinterés,
desconfianza, miedos y hasta malos entendidos?

En ciencia esto sucede mucho. Por eso, y porque es la base de nuestra existencia, necesitamos más ciencia y más y mejor comunicación.