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7/4/14

La sopa eléctrica y el caldo primitivo

Hace unos días, la sal de la vida me llegó en forma de caldo. Tenía que conversar con mis alumnos sobre las teorías del origen de la vida, y claro, la más aceptada no podía faltar. Comencé a preparar la sopa, cuando se me ocurrió pedirles que hicieran el ejercicio de pensar sus propias teorías.
Luego debían compartirlas con todos en clase.

Nada. Los estudiantes, en cada grupo, intentaron recordar alguna que hubieran escuchado alguna vez. ¿Y la imaginación? Pensé. ¿La creatividad? ¡¿Y la oportunidad de divertirse inventando?!

Una alumna me dijo, "la científica", de que todo está hecho por átomos. Otra dijo, la de los genes... 
... entonces se me ocurrió dibujar pistas sobre el caldo en el pizarrón. Usaría mi creatividad, sumada a la abstinencia de dibujar y todas mis ganas de diversión, allí mismo, en clase. Pondría a prueba la memoria y capacidad de asociación de los alumnos y también mi capacidad de transmisión de información a través del dibujo.

Lo primero que dibujé, fue un cazo de sopa con burbujas, pero no se notaba bien. Entonces hice un rayo y logré captar la atención. "¿¿Ah, eso es un rayo!! ¿?". Luego hice un mar con burbujas, un sol, enorme, debajo del mar...
¡¡"Eso es un sol"!! 

A esa altura, las preguntas llevaron a que les dijera mi pretensión: dibujar una teoría, "La" teoría.
¡Y zas! antes del segundo plato de sopa, la sopa estuvo servida. Micaela se animó diciendo, "ah, es ésa de un caldo, una sopa caliente... donde salían... se formaba...

  Mi pequeña obra de arte, y los protagonistas: los alumnos de 4 año de bachillerato turístico del cerro.

Que vieran el rayo, el sol, y luego vieran una teoría, un conjunto que les decía algo, me dio un placer enorme. Mientras tanto, disfruté dibujando como si estuviera sola en casa, escuchando música, observando el desarrollo espontáneo de una forma de comunicación.

Lo que sucedió esa tarde, fue como una conexión entre lo que uno debe y quiere hacer; un hecho genial, hasta místico. Y podría decir que algo de eso hubo cuando abrí el facebook al día siguiente y me encontré con el menú, "caldo eléctrico". 

Decía el comentario de Mariana Bulanti en el muro del investigador culinario Gustavo Laborde:

"Caldo eléctrico" : Se ponen a hervir dos litros de agua, sal, una hoja de laurel y un clavo de olor, dos cucharadas de extracto de carne liebig y 150 gramos de manteca. (“LA COCINA ORIENTAL”. María del Carmen Perez. 2ª. Edición año1909. Imprenta artística de Dornaleche y Reyes. (Calle 18 de julio Nro. 77 y 79))

Fascinante. 
Lo increíble es que a partir de allí llegué otra vez a la cuestión del origen de la vida, cuando encontré, entre otras sopas, ¡la sopa teológica! Esta en un recetario de cocina ecléctica mencionado antes por Laborde,

Se cerró el círculo y la velada. Ya lo sabemos, casi todo lo fundamental para el comienzo de la vida está en los recetarios uruguayos; agua, calor, electricidad, y entre otros átomos, una pizca de creatividad.
Ya estoy pensando cómo explotar éste recurso para comunicar más ciencia. Además del dibujo, claro.